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Los cinco puntos que el gobierno del PP debe evaluar para sacar a Cájar de este ‘Escape Town’

La solución debería ser una prioridad para nuestro Ayuntamiento, y no “dormir el sueño de los justos”.


Al inicio de la presente legislatura, el Equipo de Gobierno PP pareció comprender que la reordenación del tráfico llevada a cabo en 2022 terminó por complicar aún más la circulación en Cájar. Desde el Grupo Municipal Socialista subrayamos esta situación y el Partido Popular manifestó propósito de enmienda. Afirmaron abrir un proceso de escucha activa con vecindario, negocios, grupos políticos y demás partes implicadas con objeto de corregir las deficiencias y malestar ocasionado. En definitiva, dar algo de orden y sentido lógico al “galimatías” generado en la pasada legislatura.

Transcurridos 6 meses de la constitución de la nueva corporación municipal, parece que el proceso de escucha activa “ni está, ni se le espera”, como afirmaría Sabino Fernández Campos. A día de hoy, el balance sería 0 cambios de la última reordenación, 0 consultas a los demás grupos municipales, y varios centeneras de firmas de vecinos solicitando modificaciones en la circulación.

Ya ha transcurrido más de 1 año desde la última reordenación del tráfico en Cájar en el año 2022. Una decisión unilateral del pasado Equipo de Gobierno, y que hubiera requerido un elevado grado de consenso y una campaña informativa que no tuvo lugar. En aquella ocasión, algunos de los cambios de la primera reordenación fueron revertidos a su situación original en la segunda, y otros derivaron el tráfico hacia las calles centrales del municipio no aptas para esta afluencia de vehículos y con zonas de estrechamiento peligroso. Además, la saturación hacia estas vías lleva consigo más rodeos para entrar y salir, generando una mayor contaminación ambiental y acústica. Ni que decir tiene que apostar porque los tres ejes longitudinales del municipio (Calle España, Camino de Bojaira y Vía del Tranvía) discurran en el mismo sentido tampoco fue una brillante idea.

Desde el Grupo Municipal Socialista ya subrayamos las principales consecuencias que acarrearían los cambios introducidos:

Camino de la Bojaira

El sentido único en Camino Bojaira obliga a los vecinos de toda su longitud, que es muy amplia, a acceder por un solo lado, lo que incrementa el recorrido obligado del tráfico rodado por el centro.

Vía del Tranvía

La idea de evitar el doble sentido en Vía del Tranvía, deriva tráfico a calles como Huertos y Campanario, que no están preparadas para soportar este volumen de tráfico rodado.

Paseo de Huétor Vega, Durán y Ramal de Lenchín

Las modificaciones han generado en Paseo de Huétor Vega, Calle Durán y Ramal de Lechín, otras complicaciones más graves y en doble sentido, con lo que el problema que se pretendía evitar se traslada a otro lugar, aumentando el recorrido y haciendo pasar todo el tráfico por el Casco Antiguo del Municipio.

Seguridad de los viandantes

Sólo se ha conseguido reducir algo el volumen de tráfico en Vía del Tranvía, pero la desaparición del doble sentido ha traído consigo el incremento de velocidades en vehículos. Tampoco se han realizado actuaciones en esta calle para mejorarla (acerados, badenes con paso de peatones, iluminación, etc.).

Sin mejoras en las calles

Los cambios acometidos no han venido acompañados de un cambio en la estructura de las calzadas o del acerado. Tan sólo se han instalado nuevas señales tanto verticales como de pintura en calzada.

Desconocemos si realmente hay voluntad política por parte del Partido Popular de corregir los problemas originados por la reordenación del tráfico llevada a cabo. Más pronto que tarde, saldremos de dudas. Sí parece claro que las acciones que se acometan deben respetar una serie de ejes transversales (evitar accidentes, disminuir la contaminación acústica y ambiental, y reducir la velocidad) y pivotar sobre qué se hace en Vía del Tranvía (cambiar el sentido de circulación en única dirección o volver a la doble dirección con mejor acondicionamiento de la misma).